viernes, 14 de septiembre de 2012
Las bombillas LED
Se comentan que en la gran mayoría de los países europeos la Directiva europea que ha prohibido las bombillas incandescentes ineficientes ha sido generalmente bien recibida. La mayoría de la gente – salvo contadas excepciones – ha entendido los beneficios económicos y los periodos de amortización tan bajos (unos seis meses). En tiempos de crisis esto es un plus.
Han ayudado las campañas masivas de comunicación pública, como por ejemplo las realizadas por el IDAE, así como una gran variedad de iniciativas voluntarias como las de las grandes cadenas de distribución en el Reino Unido, quienes decidieron de manera coordinada retirar de sus estanterías las bombillas incandescentes mucho antes de su prohibición legal.
Sin ser un sociólogo tiendo a pensar que parte del revuelo causado en EE.UU tiene que ver con la idiosincrasia de la sociedad, a quien le cuesta aceptar normativa en el mercado. Pero recordemos que en EE.UU no se prohibieron todas las incandescentes. Por ejemplo las halógenas (incandescentes también) están todavía y por unos años más aun permitidas para la elección del consumidor.
Asimismo la campaña contra la prohibición en EE.UU ha sido bastante politizada, coincidiendo con movimientos como el tea party y los negacionistas del cambio climático. Pero recordemos que la prohibición de las incandescentes fue lanzada por el anterior Gobierno republicano, lo que parece indicar que en algún grado se trata de una maniobra de capitalización política.
Uno de los asuntos que afectó también en EE.UU fue la mala fama creada por algunas CFLs hace unos 10 años o mas, con colores muy poco agradables para el consumidor, caras, que tardaban mucho en encenderse o que no cumplían ni de cerca con la vida útil indicada en el envoltorio. Sin embargo esta situación es ahora muy distinta con una tecnología ya muy avanzada, asequible, con muchos tipos de luz y sin problemas de duración en el encendido.
Para volver a América Latina, como sabéis, en la mayoría de las ocasiones si los programas de distribución masiva de bombillas eficientes no son acompañados de estándares mínimos de rendimiento energético obligatorios que dejen fuera del mercado a las incandescentes, estos están abocados al fracaso, o al “pan para hoy y hambre para mañana”.
Un tema muy importante y de mucha actualidad, es evitar que ocurra con los LED lo mismo que pasó con las CFL hace 10 años, que no cumplían con las expectativas. Es primordial que los países establezcan estándares mínimos obligatorios también para LEDs. Existen distintas iniciativas a nivel internacional ya dando recomendaciones en este sentido. Y recordemos que las CFLs son una tecnología de transición, el futuro (a medio plazo) será LED. No podemos permitirnos que productos LED pésimos creen una mala impresión en los consumidores que retrase esta transición global.
Incluso en mercados como el europeo existen cantidades muy importantes de CFLs (y LEDs) de baja calidad que no cumplen con los límites establecidos. Esto puede generar una reacción negativa importante. Sistemas de certificación, control y fiscalización deben ser puestos en marcha.
Por último y aún no siendo un tema propiamente energético, es importante que existan estándares mínimos de contenido de mercurio en las CFL, guías públicas accesibles sobre qué hacer en caso de ruptura accidental, establecer legislación sobre la disposición final, así como esquemas de recolección, reciclaje o disposición final sostenible para las bombillas usadas. Esto limitaría voces críticas que desmesuradamente magnifican el asunto del mercurio en las bombillas.
En definitiva, hay que hacer uso de enfoques integrados, con los estándares mínimos de rendimiento obligatorios en la cúspide, seguidos de políticas de apoyo (comunicación, iniciativas voluntarias, fiscales, etc.), controlar y verificar la calidad de los productos en el mercado y finalmente asegurarnos de la sostenibilidad ambiental al final del ciclo de vida.
En la iniciativa en.lighten del PNUMA apoyamos a países a poner en marcha y ejecutar estas políticas. Gracias al trabajo de expertos de 40 organizaciones y gobiernos de todo el mundo hemos publicado recientemente un Instrumental para apoyar a las instituciones a diseñar y ejecutar estas políticas, con compilación de las mejores prácticas alrededor del mundo (incluyendo las de muchos países en América Latina)
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